EL ORIGEN MÍTICO DEL LAGO DE TOTA
IMAGEN: http://yoyolche.blogspot.com/2007/07/serpiente-negra.html
FUENTE ORIGINAL: Museo Arqueológico Eliecer Silva Cely de Sogamoso, Boyacá, Colombia. Su actual director es Margarita Silva Montaña.
Adaptaciónes por Javier Acevedo (Silago)
Esta es la historia que trata de la creación de uno de los lugares más hermosos de la tierra: el majestuoso Lago de Tota, ubicado en las altas montañas de los andes. Es una historia que comienza hace muchos milenios, cuando el sitio hoy ocupado por las claras aguas del lago, era un enorme hueco árido y desierto, cubierto tan sólo por una inmensa capa de polvo amarillento que arremolinaba el viento cuando rugiente entraba y salía por aquella profunda cavidad en donde no crecía ni hierba ni arbolillo alguno, en donde no corría siquiera un hilo de agua.
Por oriente, por el camino de Sua, camino de la luz y de la vida, un buen día llegó a las comarcas de los chibchas el gran Bochica. Consigo traía para estas gentes un mensaje de paz, de amor y de sabiduría. Además les enseñó a los indígenas las técnicas para labrar y pulir los metales; les indicó como amasar el barro y hacer variadas y bellas vasijas y les dijo como fabricar cestos de mimbre y chuza. Les enseñó a hacer las más variadas telas, les enseñó a pintar con dibujos llenos de simbolismo y arte.
Les enseñó además a elegir a los mandatarios entre los más sabios y prudentes que deben escoger los chibchas. Bochica se quitó una enorme esmeralda que llevaba en su pecho y se la colocó al gran sacerdote quien viviría en adelante en la Ciudad sagrada de Suamox.
Aquella esmeralda llamada por los indios Guacata sería en adelante el símbolo de la suprema majestad y representaría la investidura de la máxima autoridad de los chibchas. Pasaron los tiempos... muchos sacerdotes sabios habían sucedido al primer gran sacerdote nombrado por Bochica. Las gentes dominaban muchas artes y ciencias y vivían en paz.
Pero en una de tantas lunas apareció el cruel Busiraco espíritu del mal que con terrible furia arreció con los cultivos, los animales y la gente. El sacerdote Moneta se sometía a largos ayunos y meditaciones implorando las bendiciones de los dioses protectores Chiminigagua, Chia, Sua y Bachué que pudieran conjurar al cruel y nefasto espíritu del mal, pero nada sucedía y las gentes comenzaron a padecer el hambre, la sed y a sentirse desamparados por los dioses
Muchas lunas habían pasado y las gentes del imperio chibcha se encontraban afligidas y casi exterminadas a causa de un prolongado y funesto verano. Muchísimos animales habían muerto, poca agua corría por aquellos paisajes otrora ricos en verdor. Ancianos, jóvenes, mujeres y niños morían a causa de la sequía y por extrañas y desconocidas enfermedades contra las cuales nada podían hierbas ni conjuros. Todos pensaron que el fin de los tiempos había llegado.
Vano hasta entonces habían resultado los clamores, las peregrinaciones y los sacrificios. El resultado era inútil. Por los caminos que iban a la gran ciudad de Suamox, transitaban ahora angustiadas y tristes caravanas. Hombres y mujeres con los canastos vacíos y las cabezas polvorientas, sedientos de agua y consuelo hacían sus últimos esfuerzo por sobrevivir.
Y allá en una enorme depresión de la tierra, habitaba una gran serpiente negra, de ojos brillantes que avanzaba cautelosa y siniestra hasta la entrada de la gran gruta. Allí se detenía en espera de una gran bola de fuego en la que Busiraco se transportaba y cuando se encontraban se introducían en la profundidad de la tierra.
Bachue, diosa de las aguas, permanecía sorda a las plegarias y lamentos del pueblo. Cuando en el cielo aparecían nubes. Estas desaparecían rápidamente
Sin embargo, cierto día Moneta tuvo una visión en la cual Chiminigagua le solicitaba congregar al Gran imperio en la sagrada ciudad de Suamox.
El Moneta dijo al pueblo: he oído del Gran Chiminiguagua estas palabras: Tus plegarias han sido atendidas, La angustia, el dolor y los sufrimientos de mi pueblo tocan a su fin; ya llegan mejores días; pero antes de que Bachue se apiade de vosotros y os envíe las aguas que tanto necesitáis, es preciso que vayáis todos en devoto peregrinaje a la orilla del gran hueco, morada de Busiraco y la serpiente negra, y que en la cima de las rocas que hay allí, levantéis un adoratorio a la diosa madre y que entre tanto todos permanezcáis en oración. Allá en las alturas, tú, Moneta, tendrás una nueva visión durante la cual te indicaré la parte que te corresponde para que la desolación de mi pueblo termine.
Al instante la caravana partió hacia el lugar indicado. La Encabezaba el gran Moneta, detrás suyos iban los mandatarios civiles y religiosos y los indios venidos de todas partes del imperio.
Luego de un largo peregrinaje la caravana llegó a la enorme cavidad desolada y polvorienta. Se preparó el adoratorio, enriquecido con los más sofisticados símbolos representativos de la adoración a la diosa de las aguas Bachue.
En determinado momento el gran Moneta ordenó hacer silencio. Mientras tanto la Serpiente se movía colérica y todos quedaron atemorizados.
De pronto la bella Siramena líder de la danza quedó inmóvil. Levantó la cabeza y sacó de sus vestidos un reluciente disco. El enorme disco de oro fue ofrecido primero a la diosa Bachue. Después con increíble fuerza lo lanzó contra la serpiente.
Muerta la serpiente Moneta organizó una comida para romper el largo ayuno de su pueblo. Cuando todos terminaron de comer, los sacerdotes compañeros del gran Moneta volvieron a colocarse delante del adoratorio.
Al otro día, el momento supremo había llegado. Todos los rostros se volvieron al gran Sacerdote. Moneta transmitió al pueblo el nuevo mensaje que Chiminigagua había prometido: Chiminigagua ha llegado hasta mí en un rayo de luz y me ha dicho que nuestras súplicas, mortificaciones y sacrificios han subido hasta su trono; que haga yo, lo que en seguida vais a ver y que después, nuestros mortales ojos verán una insospechada maravilla, un gran prodigio que él obrara por mi conducto y que redimirá nuestras vidas del espantoso flagelo que hemos venido padeciendo.
Terminado el sermón Moneta se quitó del pecho la bella gema, símbolo del poder sacerdotal. Luego levantó la mano derecha Y la arrojó con fuerza al abismo, morada del cruel Busiraco. La joya centelleó por los aires. La muchedumbre miraba asombrada sin comprender.
Sucedió el maravilloso milagro, al caer la guacata dentro de la inmensa cavidad ondas verdes y purísimas fueron creciendo y creciendo y comenzaron a brotar transparentes aguas hasta que se llenó aquel abismo y Busiraco quedó atrapado en el fondo. Las gentes quedaron presas del asombro, hasta que Moneta los mandó a que se postraran y dieran gracias a Bachue, Chiminigagua, Sia y Sua. Todos los rostros cayeron en tierra y así pasaron varios minutos.
Un inmenso arco iris salió de entre las aguas verde-azules del lago y la cubrió de un lado a otro. En medio estaba el profeta flotando por los aires. Desde allí les sonrió con dulzura a las gentes y levantó su mano derecha para bendecidles. Luego desapareció.
Resultó un nuevo prodigio: verdes, inquietos, saltarines, aparecen las ranas zijistas. Para los chibchas las ranas eran sagradas.
MENSAJE: Ya vieron ustedes como desde el comienzo de la vida esta presente Busiraco, el espíritu del mal y la destrucción sin embargo quedo atrapado en el fondo del Lago de Tota por la acción oportuna de nuestros antepasados; por eso hoy les pido que cuiden mucho esta maravilla de la naturaleza, porque según dice la Leyenda el día que esta majestuosa maravilla se seque y desaparezca volverá la sequía y la peste, miles de muertos cubrirán la superficie que hoy está cubierta de agua, la desgracia y muchas maldiciones caerán sobre nuestras descendencias y, sus hijos sufrirán por nuestro descuido.
Creen ustedes que El Gran Bochica sabía que al entregar la gran guacata (Esmeralda) al pueblo Chibcha esta sería el origen de El Lago de Tota? Sabia acaso que con ella salvaría toda una Cultura?